domingo, 15 de agosto de 2010

autor: Gonzalo Rojas..


Escrito con L




Mucha lectura envejece la imaginación
del ojo, suelta todas las abejas pero mata el zumbido
de lo invisible, corre, crece
tentacular, se arrastra, sube al vacío
del vacío, en nombre
del conocimiento, pulpo
de tinta, paraliza la figura del sol
que hay en nosotros, nos
viciosamente mancha.

Mucha lectura entristece, mucha envilece
apestamos
a viejos, los griegos
eran los jóvenes, somos nosotros los turbios
como si los papiros dijeran algo distinto al ángel del aire:
somos nosotros los soberbios, ellos eran inocentes,
nosotros los del mosquerío, ellos eran los sabios.

Mucha lectura envejece la imaginación
del ojo, suelta todas las abejas pero mata el zumbido
de lo invisible, acaba
no tanto con la L de la famosa lucidez
sino con esa otra L
de la libertad,
de la locura
que ilumina lo hondo
de lo lúgubre,
lambda,
loca,
luciérnaga
antes del fósforo, mucho antes
del latido
del Logos..



...






porque no?